¿Alguna vez te has preguntado por qué nos gustan ciertos olores, como el de la gasolina? En este artículo resolvemos el gran misterio y te contamos por qué hay ciertos olores que al aspirarlos nos producen cierta sensación de placer.
Seguro que alguna vez has ido a una gasolinera y te has quedado plácidamente aspirando el aroma del ambiente mientras repostabas. O has pasado por delante de una pastelería y sin quererlo te has visto observando la bollería desde el escaparate. Es la muestra de que el olfato es, junto con el gusto, el sentido más potente; ambos son capaces de hacernos recordar los mejores y peores momentos de nuestra vida. De hecho, en la química del amor el olfato juega un papel determinante.
Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Por qué nos gustan tanto ciertos olores? Siempre ha habido cierto halo de misterio en torno al poder de este sentido, el olfato a veces puede resultar un enigma, pero en este post arrojaremos algo de luz al respecto. Sigue leyendo.
Por qué nos gustan ciertos olores
Lo primero de todo, el ser humano es capaz de distinguir entre 10.000 fragancias distintas gracias a las seis millones de células que existen en los dos receptores olfativos de las narices que tenemos y aún así, el olfato sigue siendo un auténtico misterio.
Estas son algunas de las curiosidades que debes conocer:
- Los animales distinguen muchos más aromas que los humanos.
- Los bebés aprenden rápidamente el aroma de su madre y de su padre. Numerosos estudios demuestran que se sienten atraídos al olor de la leche de pecho de su madre en época de lactancia.
- Las sensaciones olfativas son capaces de penetrar muy hondo en el cerebro, pero sin embargo lo hacen durante muy poco tiempo . El organismo se acostumbra a ellas y abre camino a otros aromas.
- Los hidrocarburos son compuestos orgánicos aromáticos, y son los responsables de que otras esencias como las que emanan de los productos de limpieza, de la pintura o del pegamento, nos resulten igual de embriagadoras. Sin embargo, la inhalación prolongada de estas sustancias puede resultar potencialmente peligrosa, ya que alguno de sus componentes ha sido catalogado como un carcinógeno, entre otros motivos.
Afinidad hacia ciertos olores
En el año 2010 el neurobiólogo Rafi Haddad, del Instituto Weizmann de Israel, empezó a arrojar algo de luz sobre por qué nos gustan ciertos olores. Realizó un estudio en el que afirma que la afinidad hacia ciertos olores está predeterminada biológica y no culturalmente.
Asimismo pudo definir una lista de esencias favoritas, entre las que destacaban los olores a lima, naranja, pomelo, menta y melocotón. En el caso de los españoles parece que solemos decantarnos por aromas cítricos y frescos, como las fragancias de marketing olfativo con las que contamos en Hygolet.
Por algo será.