Celebramos el Día Mundial de la Higiene de las Manos descubriendo qué tipo de enfermedades evita lavarse las manos y cómo proceder para contenerlas con un simple hábito de higiene adecuado y regular.
Las manos son un foco de suciedad, acumulación y transporte de gérmenes dañinos. Su incorrecta o escasa limpieza, con simple agua y jabón, puede transformarlas en la manera más directa de contagiar enfermedades y transmitir infecciones. Sobre todo, en épocas como en invierno, donde es más fácil que las personas enfermen más y sean más vulnerables a un posible contagio.
La solución para evitarlo está en incorporar unas sencillas rutinas de limpieza de manos en tu día a día. Te contamos qué enfermedades evita lavarse las manos, cuándo es más importante hacerlo y de qué manera. Esta información hará que tomes verdadera consciencia de la importancia que tiene adquirir unos buenos hábitos de higiene en lo relacionado con ellas.
¿Y tú?, ¿piensas que te lavas lo suficiente las manos?, ¿cómo crees que las tienes de limpias? Te ayudamos a dar respuesta a estas preguntas.
Qué enfermedades evita lavarse las manos
Todo lo que tocamos con las manos sucias queda inmediatamente “contaminado” y tiene un alto riesgo de convertirse en un canal de propagación de bacterias y gérmenes. Esto adquiere mayor gravedad en el transporte público, en lugares de paso de mucha gente, o en el trabajo, donde determinadas superficies son tocadas o usadas una y otra vez por muchas personas.
Aunque parezca increíble, existen cantidad de enfermedades que se pueden contagiar por esta vía. Las más comunes, y que pueden evitarse con una correcta y frecuente higiene de manos, son, la gripe, la diarrea, la bronquitis, la neumonía, la hepatitis B, la salmonelosis, determinadas infecciones de transmisión sexual (ITS) y respiratorias, enfermedades dermatológicas o infecciones oculares.
Cuándo lavarse las manos
Ahora bien, ¿en qué momentos es más necesario e importante lavarse las manos para prevenir posibles enfermedades o contagios?
- Antes de manipular alimentos y antes de comer (en casa o fuera).
- Después de ir al baño.
- Tras un estornudo si estás resfriado o después de sonarte la nariz o toser.
- Cuando has viajado en transporte público y has tocado barras o cintas de agarre de seguridad, puertas, asientos, o pulsado botones de parada.
- Después de tocar un animal o de recoger sus heces del suelo.
- Antes y después de curar heridas.
- Después de manipular bolsas de basura o tocar el cubo de la basura.
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Después de cambiar el pañal a un bebe o de asistir a un anciano enfermo o de limpiarle.
Cómo lavarse las manos
El proceso de lavarse bien las manos debe durar entre 20 y 40 segundos, pero, según la Organización Mundial de la Salud, puede llegar hasta los 60 si se trata de personal sanitario que atiende a pacientes. En cuyo caso deberá ser aún más exhaustivo. Para el común de los mortales, la manera correcta de hacerlo se compone de 6 fáciles pasos:
- Mojarlas con agua.
- Utilizar jabón suficiente para realizar un buen lavado en ambas manos. Siempre que haya dispensadores de jabón líquido con el producto estanco, elegirlos antes que a una pastilla de jabón o botella de gel, donde es más fácil que se acumulen y proliferen gérmenes y bacterias.
- Frotar una mano con la otra hasta obtener espuma.
- Entrelazar los dedos y restregar bien la palma de una mano contra el dorso de la otra, alternándolas. Después, frotar las palmas, e incidir en el lavado de dedos y uñas.
- Tras los segundos de rigor, en los que la suciedad debería haber desaparecido por completo, aclarar las dos manos con agua. Si no ha sido así, volver a repetir todo el proceso.
- Secarlas bien. Si te estas lavando en un lugar público, lo normal es que existan o secadores de aire o dispensadores automáticos con papel secamanos desechable. Si estás en tu casa, usa una toalla que deberás cambiar con frecuencia, y que no deberás compartir si convives con personas mayores o niños pequeños de menos de 2 años.
No hay que obsesionarse con estar continuamente lavándonos, pero conociendo los riesgos, debemos tomar ciertas medidas y mejorar la práctica. Teniendo muy presente que, interiorizar y llevar a cabo unas sencillas rutinas de limpieza, pueden evitar el contagio de muchas enfermedades. Recuerda que invertirás menos de 1 minuto en el proceso.