[entradilla]Descubre cuántos tipos de fragancias existen y qué factores influyen en la percepción que tenemos de ellas.[/entradilla]
Las fragancias van variando a lo largo del año. Hay varios factores que influyen en la percepción que tenemos de ellas. Como el tipo de floración de las zonas, la temperatura que haga, hay primaveras húmedas, cálidas… Depende también, por ejemplo, de cómo haya sido el invierno, etc.
Qué tipos de fragancias nos aportan las flores y los frutos
En la zona sur y en Levante una de las flores más características y que aporta una fragancia especial es el azahar, flores del naranjo, del limonero y del cidro. Todas con aromas dulces y cítricos, que dependiendo de la humedad y la temperatura se comportan de una manera u otra.
La primavera ofrece un espectáculo impresionante de fragancias y colores. Uno de los arboles más interesantes es el almendro, probablemente con una fragancia más sutil, pero de una visibilidad impactante.
La lavanda española se ubica principalmente en campos de Guadalajara, los girasoles en Burgos, el aroma de la manzana y la sidra en Asturias, etc.
Podemos clasificar las fragancias de muchas maneras, algunas poseen tonos cítricos otras amaderados y más secos, podemos disfrutar de diferentes notas olfativas que luego serán transformadas en esencias. Ampliamos la lista con notas frutales, dulces, marinas, verdes agrestes…
La mezcla de las fragancias florales, así como frutales y el entorno en el que se encuentran, si es interior o es mar, hace que varie muchísimo la percepción de las mismas, así como la temperatura.
Todas estas fragancias nos evocan sensaciones refrescantes, estimulantes, cálidas, naturales… De tal manera que cuando queramos aplicar una fragancia ya transformada en un determinado entorno, debemos pensar en las sensaciones que queremos transmitir en ese espacio, ya sea comercial, de relax, hospitalario o infantil.
Lo ideal es buscar la opción que refleje más al tipo de usuario. Dado que hay tanto donde elegir lo mejor es orientar al cliente con una selección previa, ya que mucha cantidad de fragancias percibidas al mismo tiempo no ayuda a facilitar la elección y un marketing olfativo óptimo.
Así que podemos concluir, que hay infinidad de fragancias, tantas como la naturaleza nos puede ofrecer, así como todas las combinaciones que podamos realizar entre ellas.