El debate sobre qué solución para el secado de las manos es mejor, si los secadores de manos eléctricos o las toallas de manos, existe desde hace mucho tiempo. Los fabricantes de ambas soluciones realizan estudios constantemente para defender sus productos en detrimento de los otros, pero ¿Qué método de secado de manos es realmente más adecuado hoy en día?
Para responder a esta pregunta, vamos a considerar los tres factores clave a la otra de decidirse por uno o por otro: la higiene, el impacto ambiental y el costo económico.
Higiene
Durante la pandemia, aparecieron diversas publicaciones que cuestionaban la seguridad de los secadores de manos en comparación con las toallas de papel como método de secado de manos. Desafortunadamente, muchos de los estudios en los que se basaban estas publicaciones, están financiados por el sector papelero y tienen una metodología cuestionable.
La realidad, es que lo más importante es lavarse en profundidad las manos con agua y jabón durante unos 30 segundos y luego secarlas completamente.
Cuando estalló la crisis del Coronavirus, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. y los científicos de la Johns Hopkins University confirmaron categóricamente que los secadores de manos no transmiten el coronavirus, recomendando el secado de manos mediante toallas de papel o secadores de manos indistintamente.
En este línea, y tras un exhaustivo proceso, un Equipo de Investigación de Ciencias de la Salud de la Universidad de Arizona (EE.UU.) ha publicado el trabajo Comparison of electric hand dryers and paper towels for hand hygiene: a critical review of the literature (Comparación de los secadores de manos eléctricos y las toallas de papel para la higiene de manos: un examen crítico de material publicado), en el que concluyen que no hay datos que prueben que el secado de manos con toalla de papel sea más seguro que con un secador eléctrico.
Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el Ministerio de Sanidad, avalan el uso de secadores de manos eléctricos
La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, dentro de sus directrices sobre la higiene de las manos, recomienda el secado completo de las manos con un secador de manos eléctrico o con toallitas de papel.
El Ministerio de Sanidad español también comparte estos mismos criterios y se ha pronunciado a favor del secado de manos con secadores de manos eléctricos recomendando el lavado frecuente de las manos y su correcto secado posterior, ya sea con toallitas de un solo uso o con secadores de manos.
En resumen, está probado que en términos de higiene, los secadores de manos y las toallas de papel son dos soluciones equiparables en cuanto a las garantías que ofrecen para la salud de las personas.
Impacto ambiental
Cada vez son más las empresas que están incorporando la variable medioambiental en sus decisiones de compra y que en consecuencia, se decantan por soluciones que apuestan por la sostenibilidad y el respecto a la naturaleza.
Se han realizado múltiples estudios en los que se analizan los impactos ambientales de uno y otro sistema teniendo en cuenta todas las fases de su vida útil: materiales empleados en la fabricación del secamanos, el dispensador de papel y las toallitas, pero también la papelera y la bolsa de basura necesarias para depositar las toallas.
En el secamanos, el principal impacto de producir el aire caliente no está ni mucho menos en la fabricación de la máquina, sino en la electricidad necesaria para que el aparato funcione. Así pues, los efectos ambientales serán muy diferentes según el país donde se lave uno las manos, pues dependerá mucho de cómo se genere en cada sitio la energía (con centrales de carbón, ciclos combinados, nucleares o renovables.
En lo que respecta a las toallitas, el impacto de la papelera y el dispensador resultan irrelevantes comparado con el resto. La mayor parte de los daños causados con este sistema ocurren por la fabricación de las toallitas de papel o por acabar estas en un vertedero (lo que genera gas metano).
Y es que, pese a que en la mayoría de los casos la fabricación de toallas de papel no implica deforestación, puesto que la madera que se utiliza proviene de plantaciones sostenibles, el coste medioambiental de un proceso de este tipo es elevado, tanto por la gran cantidad de agua y energía eléctrica que requiere la fabricación y el envasado, como por el consumo de combustibles fósiles para el transporte desde las plantas de fabricación hasta el cliente final.
Además, las toallas de papel requieren de una reposición constante durante su uso, ya que una vez sucias, no se pueden reutilizar. Y todo esto, sin tener en cuenta lo que sucede con una toalla una vez que se usa.
Desafortunadamente, en general no es posible reciclar las toallas de papel, en particular las hechas con papel reciclado.
En general, existe una clara ventaja del uso de secadores de manos en términos de sostenibilidad ambiental, ya que reducen la huella de carbono entre un 50% y un 79% comparado con las toallas secamanos.
Costo económico
Es en el apartado económico en donde encontramos la diferencia más significativa entre ambos métodos de secado de manos, suponiendo el uso de secadores de manos un gran ahorro frente al uso de toallas de papel.
Y es que, aunque el desembolso inicial de un secador de manos eléctrico supera al de las toallas de papel, puesto que es necesario adquirir el aparato e instalarlo, después solo hay que cubrir los costos de electricidad y de alguna tarea de mantenimiento.
Frente a los secamanos eléctricos, las toallas de papel necesitan un dispensador que hay que mantener y reponer frecuentemente, por lo que esta opción supondrá un gasto mayor. Además, el uso de toallas de papel implica un coste operativo significativamente mayor cuando se tiene en cuenta la compra, el almacenamiento y la eliminación de las toallas de papel.
Los costos de uso y operativos de los secadores de manos eléctricos son mucho más bajos que los de usar toallas de papel.
Si ponemos como ejemplo un pequeño negocio de restauración que tuviera en su baño un zona compartida para la higiene de las manos, el coste* de uso de un dispensador de última generación el primer año sería de unos 550 € y de 28 € el segundo. Si por el contrario, ese baño estuviera equipado con un dispensador de toallas de manos, estaríamos hablando de un costo anual aproximado de 1.820 €.
Finalmente, las toallas de papel presentan otra serie de inconvenientes que encarecen la factura.
Para las empresas de limpieza o las personas encargadas del mantenimiento del baño, existe el desafío constante de revisar los dispensadores de toallas, mantenerlos llenos y vaciar las papeleras. No es fácil garantizar la limpieza y la higiene en un baño muy transitado, y mucho menos aquellos en los que se encuentran una gran cantidad de toallas desechadas en el suelo.
Hay un problema adicional y costoso con las toallas de papel: las personas las tiran por los inodoros, lo que a menudo puede provocar que los desagües se bloqueen y haya que recurrir a personal cualificado para repararlos.
(*) Para un baño con 150 secados al día y en el que se emplean de media 3 toallas por secado.
En conclusión
En resumen, podemos decir que gracias a los avances tecnológicos que han ido incorporando los secadores de manos en los últimos años, son la opción más interesante a la hora de ofrecer una solución para secarse las manos.
Desde el punto de vista de la higiene son equiparables a las toallas secamanos, pero ayudan a mantener el baño más limpio y por lo tanto mejoran la imagen del negocio.
Suponen un ahorro considerable de dinero, tanto por coste de uso como de costes operativos.
Finalmente, son mucho más respetuosos con el medio ambiente que las toallas de papel, y su uso reduce considerablemente la huella de carbono.
Pebble+, secamanos eléctrico de última generación
Algunos secamanos de última generación como el Pebble+ incorporan nuevas especificaciones (por ejemplo, filtros HEPA, materiales antimicrobianos, luz ultravioleta y generadores de iones) para mejorar aún más la higiene y la seguridad en lugares sensibles.
Pebble+, es una opción muy económica y respetuosa con el medio ambiente. El costo de uso anual de energía es de alrededor de 28 €, lo que representa un ahorro del 98% frente a las toallas de papel. El Pebble+ tiene un bajo impacto ambiental, produce un 90% menos CO2 que otros secadores y tiene un tiempo de secado de tan solo 12 segundos.